- Lun Oct 04, 2004 23:51
#62504
Esto de salir al monte se está masificando de tal manera que tenemos que empezar a actuar como los recolectores de trufas o de setas, es decir “GUARDARLO EN SECRETO”.
A veces invitamos a alguien a salir con nuestro grupo, normalmente buena gente, buen rollo y tal, que bien quedamos, que caminos más bonitos conocéis y tal. Que mañana tan bonita y que día hemos pasao, Hasta ahí todo mu bien.
Pero AY!, aquel tipo simpático al que enseñamos nuestros maravillosos senderos, si aquel tipo que vino hasta con una XT, el primo del de la WR, qué buen chaval nos pareció, si aquel, .... Nos lo encontramos haciendo de guía de una jauría de quads y demás gente con cualquier moto y con ganas de aventura .
La estampa es la que se repite mucho últimamente, mucha gente que se compra quad, tiene la máquina, pero no tiene ni puta idea de caminos, pero no os preocupéis, siempre encontrará a un primo que quiera quedar bien, tener compañía , hacer amigos y ser un jefe de exploradores por un día.
Joder, que emocionante, a eso que se añaden todos los vecinos y conocidos del barrio con cualquier hierro trail. NOS VAMOS D’EXCURSIÓN.
Cuando te los encuentras, vacilantes, dando vueltas sobre sí mismos, la cara angelical de aquel chaval que invitaste se convierte en la de un gilipollas al que dan más ganas de ostiar que a un personaje de esos de GH o programas similares.
Mientras, él, con cara de alegría te pregunta que por donde se va, que ya no s’acuerda, tu le explicas por donde han de ir y que no bajen por aquel camino, que hay una casa de campo y el vecino que lo conocemos no quieren que pasen por allí. Uno de los flamantes quads con su peto integral recién estrenado se dedica a dar vueltas y a decir que se pué bajá por allí, sin atender para nada a lo que tu estás diciendo, está claro que el tipo está tan excitado ante la aventura de hoy que se cree todo un Indiana Jones . La pinta de todos es para llorar.
Después de unos minutos , mientras cargamos las motos en los remolques oímos sus motores dar vueltas por entre los caminos de las casas de campo, así estuvieron por lo menos 20 minutos, las coladas tendidas en las casas de los vecinos se tuvieron que volver a lavar.
Ahora, soy de la convicción de que somos tres o cuatro amigos y que no vamos a enseñar nuestros senderos a nadie, al igual que los recolectores de frutos del bosque lo guardan en secreto.
A veces invitamos a alguien a salir con nuestro grupo, normalmente buena gente, buen rollo y tal, que bien quedamos, que caminos más bonitos conocéis y tal. Que mañana tan bonita y que día hemos pasao, Hasta ahí todo mu bien.
Pero AY!, aquel tipo simpático al que enseñamos nuestros maravillosos senderos, si aquel tipo que vino hasta con una XT, el primo del de la WR, qué buen chaval nos pareció, si aquel, .... Nos lo encontramos haciendo de guía de una jauría de quads y demás gente con cualquier moto y con ganas de aventura .
La estampa es la que se repite mucho últimamente, mucha gente que se compra quad, tiene la máquina, pero no tiene ni puta idea de caminos, pero no os preocupéis, siempre encontrará a un primo que quiera quedar bien, tener compañía , hacer amigos y ser un jefe de exploradores por un día.
Joder, que emocionante, a eso que se añaden todos los vecinos y conocidos del barrio con cualquier hierro trail. NOS VAMOS D’EXCURSIÓN.
Cuando te los encuentras, vacilantes, dando vueltas sobre sí mismos, la cara angelical de aquel chaval que invitaste se convierte en la de un gilipollas al que dan más ganas de ostiar que a un personaje de esos de GH o programas similares.
Mientras, él, con cara de alegría te pregunta que por donde se va, que ya no s’acuerda, tu le explicas por donde han de ir y que no bajen por aquel camino, que hay una casa de campo y el vecino que lo conocemos no quieren que pasen por allí. Uno de los flamantes quads con su peto integral recién estrenado se dedica a dar vueltas y a decir que se pué bajá por allí, sin atender para nada a lo que tu estás diciendo, está claro que el tipo está tan excitado ante la aventura de hoy que se cree todo un Indiana Jones . La pinta de todos es para llorar.
Después de unos minutos , mientras cargamos las motos en los remolques oímos sus motores dar vueltas por entre los caminos de las casas de campo, así estuvieron por lo menos 20 minutos, las coladas tendidas en las casas de los vecinos se tuvieron que volver a lavar.
Ahora, soy de la convicción de que somos tres o cuatro amigos y que no vamos a enseñar nuestros senderos a nadie, al igual que los recolectores de frutos del bosque lo guardan en secreto.