¡YA ESTÁ AQUÍ EL UPGRADE 2!
Lo que no evoluciona, es que está muerto. Así que, vuelvo a compartir con los seguidores de ésta magnífica máquina de precisión japonesa, las últimas “adaptaciones” para el trail-raid que nos permiten tener una vida más fácil…
Espero que alguna idea le pueda ser útil a alguien para personalizar su montura.
En primer lugar, cualquiera que se haya subido en una enduro, sabrá que esos asientos no están pensados para pasar muchas horas encima. Se supone que la mayoría del tiempo se va de pie y lo que se busca en que no rebotes encima y que sean lo más rectos posibles para desplazarte con facilidad de delante a atrás. Claro, que si tienes que volver de una ruta un par de horas sentado sin moverte, es mejor no tener mecheros en casa cuando llegues…
Solución: retapizar y acolchar. Por ahora, he reservado la espuma y funda original para una futura venta y me he conseguido la espuma de una husky a fin de “trastearla”. Se ha rebajado un poco por encima y otro poco por debajo, a fin de rebajar de paso la altura de la moto, que no es poca (es de las enduro más altas que hay). He colocado un poco de espuma de menor densidad para ablandar más el tacto y por último, he vuelto a retapizar con colores “sufridos”. El resultado:
Como mejora dinámica, había que cambiar el freno delantero. El disco de origen, es de 250mm, escaso de por sí (la mayoría de las enduro llevan 260mm y las trail 300mm). En principio iba a poner un disco de supermotard de 320mm, pero entre que el kit era muy caro y que me surgió la oportunidad de una compra de segunda mano, pues adquirí un conjunto de disco flotante-floreado Galfer + soporte específico Braking para 270mm:
Además, quizá el de 320mm sea muy fácil de doblar en una caída campera…
Respecto al desarrollo, había cambiado el original de 13/50 por un 14/50. Ya era un notable cambio, pero a 100 kph todavía iba muy alta de vueltas. Para preservar la mecánica, le he incorporado una corona de ergal de 48 DIENTES:
Esta mañana he salido de “investigación” y he comprobado que la moto sigue teniendo el suficiente nervio pero ahora es más dosificable. Ha mejorado la tracción y la velocidad punta, lógicamente, ha aumentado. Aproximadamente, con el cambio de piñón y corona, es casi como si tuviese una marcha más y sobre todo, ha hecho que la segunda, que quedaba descolgada, ahora sea muy utilizable. Un toque decidido de acelerador y levanta la rueda para salvar obstáculos sin ningún problema.
Muchos pilotos de raids, colocan un 15/44, pero no pretendo ir a 150 kph por ningún sitio, y con ese desarrollo, creo que perdería ya mucho nervio y daría demasiados tirones a bajas vueltas.
Un par de detalles de confort: unos puños de espuma (2€ en una tienda de bicis) que atenúan bastante las vibraciones mantenidas:
Y un interruptor de marcha-paro convencional; la WR lleva un pulsador de encendido en la derecha y de paro en la izquierda. No terminaba de acostumbrarme, aparte de que para parar siempre tocaba el claxon (ups), así que me busqué este interruptor en un desgüace:
Sobre las herramientas, he encontrado la forma de llevar una cámara de 21” de repuesto:
Me han aconsejado mejor llevarla encima del guardabarros delantero para evitar que toque la rueda alguna vez; quizá me decida…
También me he inventado unos anclajes rápidos para desmontar el depósito en un periquete sin herramientas; antes era un poco desesperante:
Aspecto legal: mientras terminan de ser legales las matrículas pequeñitas, no me sentía tranquilo circulando por autovías con una “de pega”. Me he lanzado y le he puesto la homologada, que además me sirve de flap trasero…:
Las próximas modificaciones (estoy seguro que las habrá), implican más pasta, por lo que serán más puntuales. Sorpresa, sorpresa…
¡Eso es todo, amigos¡