Hola Andrés.
Mi experiencia con una 2005:
Lo más particular de esta moto es el perfil "violento" del motor. Es un 2 tiempos a la vieja usanza, perezoso y sin mucha pegada a bajo régimen… por unos instantes: después resulta brutal. Esta transición es tan rápida y viene acompañada de tantos CV's de golpe, que a mi me costaba ir fluidamente rápido (venía de un Gas-Gas). Es muy excitante, pero te puede crear dificultades en terrenos y trazados resbaladizos, en subida, etc. A mi me resulta más fácil ir rápido y despreocupado por motor con una Gas-Gas o mi actual KTM que con mi anterior TM. Los mecánicos que conocen este motor trabajan sobre el calado del encendido y la válvula de escape para modificar esta conducta, pero no esperes milagros. Yo apenas noté diferencia. Esta debilidad e inflexión a bajo régimen te condiciona mucho en trialeras. En aquellas en las que combino la 1ª y 2ª en mi KTM, eran de rigurosa 1ª en la TM. En senderos, mientras la relación acelerador/subida de vueltas de mi KTM es, digamos, directa e instantánea, en la TM convives con una inflexión inicial, aunque luego empuje como un cohete. Te obliga a una conducción on/off... espectacular por sensaciones, pero no siempre eficaz y sí siempre más cansina. Otra cosa del motor: ruido elevado y muy metálico. Me ponía la piel de gallina, pero el ruido es uno de nuestros peores enemigos.
En unos 8.000 kms no tuve problemas gordos de fiabilidad. Tuve que cambiar un par de veces el tope de vuelta de la palanca de arranque (golpeaba y apoyaba tras el retroceso en el espcape). Una pieza de unos 10 euros, pero que exige desmontar el embrague. Por ciento, el embrague se fatigaba con facilidad en trialeras exigentes. El pistón sólo tiene un segmento y con apenas 5.000 km me resultaba evidente una pérdida de compresión, que no he notado tan claramente en mi KTM (2 segmentos). Dí por imposible impermeabilizar los rodameintos de las bieletas de la suspensión trasera. Siempre que me daba por mirarlos, estaban oxidados. Me tomé su limpieza y engrase como un mantenimiento rutinario más.
De mi chasis estaba muy satisfecho. Estaba configurado a mi gusto, para subir y bajar piedras. Yo llevaba las suspensiones muy suaves y la moto era precisa, noble y ágil a mi entender. Mi horquilla era una Paioli-Kayaba y me dió muchos problemas con los retenes. Asumí que tenía que cambiarlos cada x salidas. Los frenos, muy potentes y dosificables... sólo hay que mirar el diámetro de los discos. Las supensiones de mi KTM me han supuesto un paso atrás.
¿Que si volvería a tener un TM? Por supuesto. Su diseño me tenía enganchadoy justificaría que repitiera. Ha sido la moto más bonita que he tenido. Al final, el tacto de su motor no me preocupaba, pero sí el ruido del escape. Uno que se hace mayor.
Ahí va la susodicha.