- Mar Jul 29, 2008 23:00
#268253
JODER, JODER, JODER....VIENE DE FRENTE, A MIL POR HORA, DANDO BANDAZOS, MONTÓN DE PIEZAS VOLANDO POR LOS AIRES A SU ALREDEDOR.
CORTA GAS FERNANDO, PERO NO TOQUES LOS FRENOS, NECESITO TENER DIRECCIÓN.
UNO, DOS, TRES SEGUNDOS, DIOS MIO NOS VAMOS A MATAR, NO VOY A PODER EVIAR EL CHOQUE. POR LA IZQUIERDA, POR LA IZQUIERDA, LO VOY A INTENTAR SALVAR ECHÁNDOME A LA IZQUIERDA. DIOS MIO YA ESTÁ AQUÍ...
ME PASA POR LA DERECHA, ROZÁNDOME, TOCANDO EL ESPEJO DE MI MOTO. OIMOS UN GRAN GOLPE DETRÁS. E INMEDIATAMENTE MI MUJER: ¡SE HA MATADO, SE HA MATADO!
Ya han pasado varios días y aún estoy sobrecogido.
El sábado pasado circulaba con una transalp por las preciosas carreteras del País Vasco, de paseo, disfrutando del paisaje, y de repente, en un curvón rápido y con buen piso, aparece una superdeportiva a mil por hora e invadiendo ya el carril contrario. Se estrella contra el lateral de un coche que circulaba delante nuestro como a unos cincuenta metros, rebota, y sin perder la verticalidad, pero zizagueando, se viene contra nosotros, todavía, a muy alta velocidad. No sé cómo pero logré esquivarla, como cuento al principio. Sin embargo, se choca por detrás nuestro contra el temido guardarrail. Terrible. Le atendimos como pudimos. Tenía las dos piernas rotas, con los huesos al aire, creo que un hombro y brazo también machacados y lo que es peor, sin sensibilidad de cintura para abajo (cuarenta y tantos años de edad). Las asistencias llegaron enseguida, incluido el helicóptero del 112, y allí estuvimos casi dos horas hasta que entre todos aseguramos su traslado en el helicóptero al hospital de la mejor forma posible.
Me temblaban las piernas y os aseguro que me costó esfuerzo no llorar, viendo el cuadro que tenía delante mío y pensando sobre todo en mi mujer, a quién convencí ese día para hacer la excursión en una moto que me habían prestado, y en qué pasaría con mis hijos si nos hubiera pasado algo grave. Os sonará sensiblero pero es así.
51 años y desde los doce montando en moto. Varios cientos de miles de kilómetros en carretera pero desde hace ya bastantes años que dejé eso de correr por las carreteras, porque ví que era una loteria regresar vivo cada fin de semana. Vendí mi flamante ZZR y regresé al campo, a mi enduro. Y no me arrepiento, porque sigo convencido que la carretera en moto es superpeligrosa. Hay que tener mucha pericia para manejarla ne condiciones y mucha suerte, para salvar imponderables que no dependen de nosotros.
Así que si alguien quiere encontrarme en moto que sea con mi gasgas o, como mucho, con mi sanglitas restaurada que me sirve para un paseito.
Y, sobre todo, después de esta dura experiencia me permito dados un consejo: NO SALGÁIS A CARRETERA EN PLAN RACING. NO LO HAGÁIS. ESTÁ CAYENDO MUCHA GENTE. El que quiera correr al circuito, que también probé en mis tiempos y es superdivertido. Pero no merece la pena jugarse la vida, la de los demás, o terminar como poco en una silla de ruedas para toda la vida por el placer de hacer unas tumbadas. Trasladar este sentimiento a todos vuestros amigos aficionados a este tipo de actividad. La vida ya es demasiado dura a veces como para provocar más al destino.
Un abrazo para todos y felices vacaciones.
CORTA GAS FERNANDO, PERO NO TOQUES LOS FRENOS, NECESITO TENER DIRECCIÓN.
UNO, DOS, TRES SEGUNDOS, DIOS MIO NOS VAMOS A MATAR, NO VOY A PODER EVIAR EL CHOQUE. POR LA IZQUIERDA, POR LA IZQUIERDA, LO VOY A INTENTAR SALVAR ECHÁNDOME A LA IZQUIERDA. DIOS MIO YA ESTÁ AQUÍ...
ME PASA POR LA DERECHA, ROZÁNDOME, TOCANDO EL ESPEJO DE MI MOTO. OIMOS UN GRAN GOLPE DETRÁS. E INMEDIATAMENTE MI MUJER: ¡SE HA MATADO, SE HA MATADO!
Ya han pasado varios días y aún estoy sobrecogido.
El sábado pasado circulaba con una transalp por las preciosas carreteras del País Vasco, de paseo, disfrutando del paisaje, y de repente, en un curvón rápido y con buen piso, aparece una superdeportiva a mil por hora e invadiendo ya el carril contrario. Se estrella contra el lateral de un coche que circulaba delante nuestro como a unos cincuenta metros, rebota, y sin perder la verticalidad, pero zizagueando, se viene contra nosotros, todavía, a muy alta velocidad. No sé cómo pero logré esquivarla, como cuento al principio. Sin embargo, se choca por detrás nuestro contra el temido guardarrail. Terrible. Le atendimos como pudimos. Tenía las dos piernas rotas, con los huesos al aire, creo que un hombro y brazo también machacados y lo que es peor, sin sensibilidad de cintura para abajo (cuarenta y tantos años de edad). Las asistencias llegaron enseguida, incluido el helicóptero del 112, y allí estuvimos casi dos horas hasta que entre todos aseguramos su traslado en el helicóptero al hospital de la mejor forma posible.
Me temblaban las piernas y os aseguro que me costó esfuerzo no llorar, viendo el cuadro que tenía delante mío y pensando sobre todo en mi mujer, a quién convencí ese día para hacer la excursión en una moto que me habían prestado, y en qué pasaría con mis hijos si nos hubiera pasado algo grave. Os sonará sensiblero pero es así.
51 años y desde los doce montando en moto. Varios cientos de miles de kilómetros en carretera pero desde hace ya bastantes años que dejé eso de correr por las carreteras, porque ví que era una loteria regresar vivo cada fin de semana. Vendí mi flamante ZZR y regresé al campo, a mi enduro. Y no me arrepiento, porque sigo convencido que la carretera en moto es superpeligrosa. Hay que tener mucha pericia para manejarla ne condiciones y mucha suerte, para salvar imponderables que no dependen de nosotros.
Así que si alguien quiere encontrarme en moto que sea con mi gasgas o, como mucho, con mi sanglitas restaurada que me sirve para un paseito.
Y, sobre todo, después de esta dura experiencia me permito dados un consejo: NO SALGÁIS A CARRETERA EN PLAN RACING. NO LO HAGÁIS. ESTÁ CAYENDO MUCHA GENTE. El que quiera correr al circuito, que también probé en mis tiempos y es superdivertido. Pero no merece la pena jugarse la vida, la de los demás, o terminar como poco en una silla de ruedas para toda la vida por el placer de hacer unas tumbadas. Trasladar este sentimiento a todos vuestros amigos aficionados a este tipo de actividad. La vida ya es demasiado dura a veces como para provocar más al destino.
Un abrazo para todos y felices vacaciones.
otro que vuelve a los 2t