- Vie Feb 01, 2008 8:58
#246955
Hola a todos,
Amanece Valencia, queda ya menos para que reviva la gente. No a muy tardar volverá mi otra vida, la que no tiene que ver con el silencio, la oscuridad y la soledad. Como cada mañana, se volverá a ir la vida que me he tenido que inventar, la de la noche, la de solo poder dormir cuatro horas, como mi padre.
Cuando bajas a un sitio de mar, sientes una profunda calma. Creo que tiene que ver, en parte con lo biológico, con la circulación de tu sangre, tiene que ver con la física y la química. Pero también, este olor y esta humedad, te trasladan a tu infancia, a las vacaciones de verano, cuando te llevaban a la playa. Se está bien en Valencia.
Después de una noche llena de Youtube, de Scrubs de Bubba, Pre-jumpings y recortes de curva de Reed y como los enseña Tiainen con neumáticos viejos en Málaga, me decido a hablar de algo más cercano, como es la forma de llevar la mirada cuando vas en moto por el campo.
Existen lagartos en la naturaleza que nunca se lavan los dientes. Muerden a su presa y la dejan ir, pero estas ya llevan la muerte con ellas. El lagarto solo tiene que seguir su moribundo rastro, a veces hasta días, esperando encontrarlas tumbadas en el suelo.
En moto a veces ocurre lo mismo, llevas un piloto delante, casi imposible de adelantar, pero te das cuenta que no lleva la mirada bien. Solo tienes que seguirle y esperar a que después de una alternativa fácil venga otra difícil, eligirá la fácil y le adelantarás en la difícil, si tú has estado atento a las dos alternativas medias.
De una manera matemática, quizás se pueda explicar así. Existe una primera alternativa de dificultad 1 que lleva a un paso de dificultad 10 y una segunda alternativa de dificultad 2 que lleva a un paso de dificultad 5.
El piloto que lleva mal la mirada, se verá atraído por la alternativa de dificultad 1 y no se dará cuenta que tendrá que afrontar seguidamente el paso de dificultad 10, con lo cual sumará 11 en total. Tú que has visto los pasos posteriores, eliges el 2 y el 5 es decir, afrontas en total una dificultad 7, con lo cual le adelantas.
Cuantas veces habré dicho: ¡Que tonto! Se acabará metiendo en la zanja. Esto que pudiera parecer anecdótico, es fundamental en enduro. La gente suele decir que lo hace, pero luego la realidad es otra, no es tan fácil, al principio de acostumbrarte es tremendamente incómodo y te causa mucha inseguridad. En controles muy apretados, el llevar la vista mal, es causa de que te caiga una minutada, además de aumentar el riesgo a sufrir una caída.
¿Cómo se debe de llevar la mirada? Según se ha descrito durante años, hay que tener una especie de doble visión. Ir fijándose en lo que viene a continuación, pero estar atentos de reojo a lo que tienes encima. Hoy en día creo que ha cambiado, existe una especialización muy grande y los buenos de verdad solo van atentos a lo que viene luego.
Han desarrollado, al cabo de horas de entreno, una gran memoria. Van aprendiéndose el terreno, van mirando lo que llegará y se saben donde están, y salvo que sea de gran dificultad lo que están pasando, van con la mirada al frente. En motocross, que es mucho menos importante, te enseñan que se debe de dar una curva mirando fuera de ella y en enduro nadie te dice nada.
También existe un factor psicológico muy grande. Si cuando vas metido en una rodera o zanja, estás mirando el borde, te entra el canguis, desaceleras o intentas corregir con la de alante y te la das. Si una vez bien metida la rueda aceleras, la moto resuelve sola. Lo cierto es que las amortiguaciones actuales se tragan más cosas de las que creemos, o que en cualquier caso nos pueden provocar dudas.
Mención especial son las curvas por el monte. Parece que las curvas tienen un imán especial, que nos predispone a poner posturita y darlas lo más rápido posible, eso está bien pero ¿Qué viene luego? ¿No hubiera sido mejor recortar para encarar algo, en vez de alargarla?
No se puede decir hoy voy a llevar la mirada bien, es algo que cuesta y se va cogiendo con el tiempo. Si no, al primer pedrolo, estaremos mirando hacia abajo otra vez, es algo que hay que desarrollar con el tiempo y la costumbre, y quizás algún susto.
Continuará, Samuel