- Mar Ene 10, 2006 21:53
#137592
Llevo un tiempo pensando en comprarme un collarín cervical, y ya me he decidido. No era cuestión de dinero, sino de comodidad, o mejor dicho de incomodidad, pero después de colocarnos las rígidas botas, las no menos incomodas rodilleras (ortopédicas en mi caso), peto, coderas, faja, y casco, que más da un trasto más.
Y no es solo al enterarme del fatal accidente de Caldecott. Llevo montando en moto de campo desde los 13 años y ahora tengo 50 ( y cada vez más con más ganas y trialeras más complicadas), y hace dos años tuve una experiencia de la que salí bien librado de chiripa. Marchaba por una senda bastante cerrada y en un momento dado se me engancho una fuerte rama con la visera del casco haciéndome bascular el cuello hacia arriba, y provocando una fuerte hiperextensión del mismo, quedándome prácticamente suspendido. Algo así como lo visto en las películas del oeste cuando al malo le lanzan el lazo y lo tiran del caballo. Afortunadamente se rompieron los enganches (tornillos de plástico) que unen la visera al casco y no paso nada.
Bien es cierto que en más de 40 años ha sido el único episodio en que he visto peligrar mi cuello, pero creo que con una solo experiencia debería ser suficiente para pensar en la misma.
En resumen que lo he ido dejando por pereza, pero mañana voy a por el collarín. Saludos.
Y no es solo al enterarme del fatal accidente de Caldecott. Llevo montando en moto de campo desde los 13 años y ahora tengo 50 ( y cada vez más con más ganas y trialeras más complicadas), y hace dos años tuve una experiencia de la que salí bien librado de chiripa. Marchaba por una senda bastante cerrada y en un momento dado se me engancho una fuerte rama con la visera del casco haciéndome bascular el cuello hacia arriba, y provocando una fuerte hiperextensión del mismo, quedándome prácticamente suspendido. Algo así como lo visto en las películas del oeste cuando al malo le lanzan el lazo y lo tiran del caballo. Afortunadamente se rompieron los enganches (tornillos de plástico) que unen la visera al casco y no paso nada.
Bien es cierto que en más de 40 años ha sido el único episodio en que he visto peligrar mi cuello, pero creo que con una solo experiencia debería ser suficiente para pensar en la misma.
En resumen que lo he ido dejando por pereza, pero mañana voy a por el collarín. Saludos.