Güeno, güeno, güeeeeenooooo
Seis meses después... regreso al foro
Como a muchos otros en estos tiempos, la vida me ha dado algún que otro giro inesperado, por suerte no negativo... sinó geográfico, ya que ahora trabajo en Inglaterra de lunes a jueves, como medio-expatriado-paria de hotel en hotel y tiro porqué me toca...
Por suerte he preservado mi rincón nacional de los viernes, y con él mis salidas de viernes tarde, ya que ahora, más que nunca, el fin de semana es para la familia.
Ahora me permito hacer un cierto balance sobre la moto, de cuya compra estoy infinitamente satisfecho, aún sabiendo ciertas mermas sufridas respecto la anterior 530.
Para celebrar sus 6 meses, "nos" hemos regalado unas suspensiones ÖHLINS TTX que me vendió un compañero-amigo... y ha sido como estrenar moto nueva.
Mis conclusiones hasta la fecha eran:
- Motor: De sobras para casi todo, con mención especial a su tacto de bajos y medios
- Cambio: Le falta la 6a marcha, tema resuelto en los modelos actuales
- Suspensiones (antes de TTX): Mejorables. Habitual nerviosismo delante que mejoró al incorporar las tijas de la Husa XC, con offset de mayor ángulo. Seca atrás. No llegué a hacer su ajuste fino-fino.
- Consumo: de V12 aunque mejorando tras varios intentos de carburación. Como me van las trialeras, suelto mucha gasofa por el camino, aún sin caer, ya que cuando la moto se inclina mucho (cabeceo), rebosa y suelta bastante gasolina. Supongo que es tema de la boya...
- Uso pistero: Ágil y rápida, pero estresante para aguantar el ritmo de las 4T gordas
- Uso sendero ratonero: Difícil de batir. Increiblemente rápida, intuitiva y ágil apoyada en la facilidad de uso del motor
- En trialeras: Sobre terreno duro o seco es la leche. En mojado o terreno arcilloso hay que hilar fino-fino para que no pierda tracción a menudo.
Tras montar las TTX, he recuperado la olvidada sensación de aplomo y "control total" del tren delantero que tenía con mi antigua WR450'04. La moto traza y se mantiene en su sitio por muy bestia que sea el giro, o por muy pasado y cruzado que se llegue a él, perdonando casi todo al memo de su piloto, que soy yo. En terrenos muy irregulares y pedregosos, el anterior agarre desesperado al menillar para evitar saltar barranco abajo ha trocado en una extraña sensación de "pasar por encima" de los baches... notándolos todos claramente, pero sin que cada uno sea un zig-zag de la direccción... Necesoto más horas para acostumbrarme y sacarle partido.
Por cierto, con ella corrí el Enduro del Segre... y menos mal!! ya que el agotamiento con el que llegué con la 300 hubiera significado un abandono prematuro con la 530, seguro. A pesar de eso, no me quedaron ganas de salir el segundo día...